Un padre consigue la custodia definitiva de su dos hijas, tras probar que su hijas llevaban un discurso enseñado por la madre en contra de él.
Tras una larga batalla en los tribunales, pasando primero por el Juzgado de Primera Instancia Nº5 de Córdoba, luego por la Audiencia Provincial y finalmente por el Supremo un padre de dos niñas, de 10 y 14 años, le fue otorgada la custodia.
Finalmente después del fallo del Alto Tribunal la sentencia se considera firme. La madre que recurrió los dos fallos anteriores ya no tendrá posibilidad de recurrir ya que la sentencia es firme y sin opción a ello.
El matrimonio se divorció y desde el 2018 tenían la custodia compartida. Pero la madre acudió a juicio porque quería modificar la medidas para tener a las niñas de forma exclusiva, alegando que las niñas no querían estar con él. Solicitando una pensión de 250€ para cada niña y ningún régimen de visitas salvo uno tutelado en el Punto de Encuentro Familiar (PEF).
Ante tal situación, y ya habiendo sido denunciado en dos ocasiones por su ex, militar de profesión, por agresiones y maltrato las menores. Unas causas penales acabaron sobreseídas y otras absuelto, momento en el cual, el padre también solicitó la custodia exclusiva de las niñas.
Los informes resultantes del estudio de las niñas tanto del centro escolar como del equipo de psicólogos determinaron que era una caso de síndrome de alienación parental, en el que las menores mostraban un rechazo infundado al padre derivado de los comentarios despectivos por parte de la madre.
Así mismo, los expertos concluyeron que las menores tenían un discurso aprendido, importado, crítico y repleto de rechazos a la figura paterna, lo que afectaba a su desarrollo psicoevolutivo y pudiendo causar problemas en su edad adulta.
Con todo ello el Tribunal concedió la custodia al padre en exclusiva con visitas de la madre tuteladas a través del PEF.
Posteriores informes de la Unidad de Salud Mental del Hospital a las menores, tras la sentencia definitiva que, habían resaltado que el comportamiento de la mayor había mejorado respecto a su agresividad verbal y que su rendimiento en el colegia era bueno. También manifestó que, aunque quería estar con su madre, se sentía cada vez más cuidada y adaptada a la casa de su padre describiendo diferentes experiencias agradables.
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